Mila esker Eva, muchas gracias
Hay días en la vida que te marcan, que incluso mientras los estas viviendo, ya sabes que nada será igual a partir de entonces. Hoy ha sido para mi un día de esos.
He ido a Irun, a despedir a Eva, una amiga de la cuadrilla, que falleció ayer. 37 años, que joven, que pena. Allí me he juntado con los amigos de la infancia, la cuadrilla. Amigos con los que, por distintos motivos, había cierta lejanía, emocional quiero decir. Pero hoy esa lejanía se ha desvanecido, como si nunca hubiera existido.
Tendemos a darnos importancia, a creernos valiosos, cuando en realidad somos poca cosa, muy poca cosa. O por lo menos a mi me pasa. Damos importancia a cosas que no la tienen, y nos perdemos en cosas banales, en rutinas diarias, enrollándonos y haciéndonos perder lo más valioso: LA VIDA.
Desde hoy me hago un firme propósito, intentar VIVIR más y enrollarme menos. Vivir en el sentido completo de la palabra. Parece fácil eh, diréis que es de cajón, pues probar vosotros también a hacerlo y ya veréis que sencillo sencillo, como que no es.
Con Eva siempre tuve una relación difícil, pero muy buena, teníamos a menudo debates intensos. Nos enzarzábamos en discusiones sin fin, muy apasionados, que ambos disfrutábamos, aunque jamas lo reconocíamos. Nos unía el ansia por la justicia, esas ganas de querer cambiarlo todo. Y aunque en muchas cosas chocábamos, compartíamos muchas otras reflexiones, quizás más incluso de las que creíamos o podíamos reconocer. Siempre te admiré en muchos aspectos, pero sobre todo en uno: Tu valentía frente a la vida. A ti si que no te gobernaba el miedo.
Ha sido una gran perdida, te echaré mucho de menos Eva, aunque me llevo tu última lección, la que hoy me has enseñado. Muchas gracias por todo, y un besazo enorme, allá donde quiera que estés.
Agur Eva.